lunes, 30 de noviembre de 2015

Drácula: sus orígenes




   La imagen moderna del vampiro ha sido innegablemente delineada por el personaje creado por Bram Stoker, el cual fue personificado por actores legendarios como Bela Lugosi y Christopher Lee. A su vez, el Drácula de Stoker se basa en un príncipe rumano llamado Vlad Tepes, quien fue héroe de su país en la guerra contra turcos.
   Vlad Tepes nació en 1430 o 1431. Su padre, también llamado Vlad, fue condecorado con la Orden del Dragón por el rey de Hungría merced a su “valor en la batalla” contra los turcos. Draco en latín significa dragón. Vlad el Viejo llegó a ser conocido como Vlad el Dragón, o Vlad Dracul. Drácula es el diminutivo de Dracul, y Vlad el Joven ganaría el nombre de Vlad Drácula. Este último también fue llamado Vlad el Empalador, en referencia a su forma favorita de tortura y ejecución, que consistía en empalar gente en grandes estacas. Vlad Tepes utilizó su ejército para hacer retroceder a las tropas turcas y así impedir la expansión del imperio otomano por Europa. Después de que los turcos fueron ahuyentados, Drácula continúo empalando a la población local en grandes números como método de asegurar la ley y el orden. Fue retirado de su trono por el rey de Hungría y murió en circunstancias misteriosas alrededor de 1476.
   Aunque el vampiro de Stoker lleva el nombre de Drácula, existen razones para creer que la trama del escritor irlandés se basó en la vida de la “condesa sangrienta”, Elizabetha Bathory, una noble húngara del siglo XVI llevada a juicio bajo los cargos de tortura y asesinato de entre 150 y 600 jóvenes mujeres y hombres.
   En Drácula Was a Woman: In Search of the Blood Countess of Transilvana (Drácula fue mujer: en busca de la condesa sangrienta de Transilvania), Raymond McNally, profesor de Estudios Rusos y de Europa del Este, además de ser especialista en la leyenda de Drácula en el Boston College, subraya los motivos para creer que el conde Drácula literario está basado en la figura histórica de la condesa Bathory:
   “Después de haber escrito cuatro libros en torno al Drácula histórico, el novelado y el vampirismo, estaba razonablemente seguro de haber tenido éxito en la exploración temática del conde Drácula. Sin embargo, continué encantado por varias preguntas sin resolver: no existían asociaciones entre el histórico Vlad Tepes, conocido como “El Empalador”, y el acto de beber sangre en ninguno de los documentos del folklore rumano, tal como lo apuntó Bram Stoker, autor de la novela Drácula. El Drácula histórico, sobre el que Stoker sabía bastante, fue un príncipe, ¿por qué entonces, Stoker lo presentó sólo como un conde? Vlad Tepes era rumano, no húngaro, como se apunta en la novela, ¿por qué el conde Drácula es retratado como un miembro de la antigua Hungría que lleva en sus venas sangre de Atila el Huno? ¿De dónde extrajo Stoker la idea de presentar al conde como un joven después de beber sangre humana, una noción no prevaleciente en el folklore rumano? Además hay una gran carga de erotismo en la novela, aunque poco en la vida del Vlad Tepes histórico, ¿de dónde provino ese erotismo?”
   La respuesta a sus interrogantes, McNally la guía por los senderos recorridos por Elizabeth Bathory, que fue un personaje con características tan interesantes como terroríficas. Los registros de su juicio confirman que la condesa y sus cómplices asesinaron un extraordinario número de mujeres jóvenes después de haberlas torturado, aduciendo que los crímenes poseían un cierto placer erótico. Al término del juicio, los cómplices fueron ejecutados y Bathory pasó el resto de sus días en prisión. Murió, sin mostrar signos de remordimiento, en 1615.
   Las referencias frecuentes a las preferencias sexuales de Bathory han contribuido a crear de ésta una imagen de vampira lesbiana. Su tía Ana Klara –también una reconocida lesbiana— y Elizabeth gustaban de “vestir ropa de hombre y jugar juegos de varones”. Asimismo, durante el juicio realizado el 7 de enero de 1611, dos testigos afirmaron que sobrevivió a las torturas y declaró que “mucha de la sangre drenada era transportada por la misma condesa, ayudada por dos mujeres vestidas de hombre”.
   

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